El agua es sin duda el recurso imprescindible para que perdure la vida en todas sus formas incluida la humana. Nos enfrentamos a nuevos retos por el proceso de crisis climática en la que sufriremos mayores sequías y más prolongadas, lluvias torrenciales que erosionan los suelos y arrastran la capa fértil. El crecimiento de población y el turismo han generado la sobreexplotación de los acuíferos que están en estado crítico y la desalación tiene elevados costes energéticos y de emisiones de co2 que no hacen más que agravar el problema. Es imprescindible abordar el tema desde una visión de conjunto y actuar en favor del agua desde todas las posibilidades.
El agua más limpia es aquella que no se ensucia. Uno de los sistemas con varios beneficios es la utilización de inodoros secos; no utilizan agua y producen compost que nutrirá nuestro vergel.
En la vivienda se realiza la recogida de aguas pluviales y se almacena en cisternas. Las aguas grises se pueden reutilizar en el llenado de la cisterna del inodoro o se pueden depurar y usar para regar el jardín. Las aguas negras pueden depurarse con plantas (Fito depuración) y usarse para regar el vergel o el jardín. El mundo de la depuración natural está lleno de métodos basados en soluciones basadas en la naturaleza. Sistemas de lagunas artificiales que además de realizar la función de regenerar el agua mediante planta y otra fauna son parada para infinidad de aves y otros animales que encuentran un lugar en el que beber, alimentarse e incluso anidar. El crecimiento de las plantas acuáticas precisa de podas anuales lo que nos proporciona gran cantidad de biomasa para hacer acolchados en nuestro jardín o compost para nutrir nuestro huerto.
Otro recurso muy valioso es la recuperación del agua de escorrentía de los caminos. Es muy fácil hacer un sistema de decantación de arenas, lodos y hojas para poder acumular un agua perfecta para usar en el riego.
En nuestra finca es preciso realizar un buen diseño hidrológico que tenga como objetivo aprovechar más y mejor el agua de lluvia allí donde cae en la tierra, como el diseño en Línea clave, que nos permite blindar nuestros paisajes contra la sequía y la desertificación, construyendo suelos fértiles que evitan la erosión e incrementan la fertilidad del suelo, reteniendo agua de lluvia. En el diseño permacultural tratamos de ampliar funciones y resolver varios problemas con cada acción que realizamos. Con un buen diseño hidrológico estamos capturando grandes cantidades de CO2 con lo que mitigamos el efecto del cambio climático a la vez que incrementamos la fertilidad del suelo y mejoramos el ciclo hidrológico del lugar.
Otra forma de capturar agua en el paisaje es por medio de la construcción de canales de infiltración conocidos como swales. El agua se acumula en la pequeña depresión que también captura materia orgánica desplazada por la lluvia o el viento. De este modo podemos hacer plantaciones de árboles y otra vegetación en las lomas de los swales y gozaran de mayor humedad y aporte de nutrientes.
Otro recurso de diseño hidrológico son los jardines de lluvia. Estos pueden tener muchas formas de construirse como, por ejemplo, es un foso donde se recogen las aguas de escorrentía que no podemos almacenar y se infiltran en el terreno para la recarga de acuíferos. AI tener una mayor concentración de humedad podemos crear un jardín con variedades que precisen algo más de agua que las de su entorno. Los jardines de lluvia también pueden ser urbanos. En aparcamientos o calles se puede desviar el agua de escorrentía hacia jardines en una cota inferior de nivel que retengan el agua de lluvia. También se pueden construir almacenes enterrados que acumulen el agua para usarla en el riego de parques y jardines evitando tener que usar agua desalada carísima en términos energéticos y económicos o de acuíferos ya en un estado de agotamiento. En definitiva, hay múltiples y muy variadas soluciones técnicas y de diseño para realizar una cuidada gestión del agua que cómo sabemos va a ser cada vez más escasa y más cara de producir.